EL CEREBRO TAMBIÉN SE ENFERMA

¿Has escuchado alguna vez que se le diga a alguien con depresión o ansiedad: “tranquilo, eso solo está en tu mente, sé fuerte, pon de tu parte”? Yo lo escucho todo el tiempo. Yo creo que nada da más rabia a una persona que padece de depresión o ansiedad que escuchar estas cosas.

Cuando alguien con estos síntomas oye esto, lo primero que piensa es que no se le da valor a lo que siente, que la gente no entiende por lo que está pasando o que están minimizando su sufrimiento.

Hay algo que sabemos desde que tenemos 4 a 5 años, todo el mundo lo sabe, pero pocos lo tiene en cuenta. Y es que el cerebro es un órgano, un órgano como el corazón, los pulmones, los intestinos o el hígado, y tiene sus funciones particulares. Es un órgano que necesita riego sanguíneo, oxígeno, glucosa, nutrientes y defensas, como todos los órganos. También está constituido por células.

Todo el mundo sabe eso, pero a la hora de hablar de síntomas mentales, nadie lo tiene en cuenta. Muchos conocerán el movimiento de la antipsiquiatría, que decía que la enfermedad mental era un producto social; esto fue abolido cuando al fin se consideró al cerebro como un órgano que también se enferma.

Cuando se realizan estudios del cerebro en personas con ansiedad y depresión, se observa una clara diferencia con respecto al cerebro de las personas sin síntomas. Esto demuestra que los síntomas mentales tienen una representación en el cerebro, se afectan los circuitos, funcionan diferente. Claro que los síntomas están en la mente, pero la mente está en el cerebro. Esto no quiere decir que las personas con síntomas mentales sean diferentes a las personas sin síntomas, es como decir que las personas con daño en el corazón son diferentes a los de corazón sano.

Así que la próxima vez que escuches a alguien decir que los síntomas mentales no son nada, que están solo en la mente, puedes responderle que es como decirle a alguien con asma “tus síntomas no existen, están solo en tus pulmones”, o “esa hipertensión que tienes no es real, es producto de lo que piensas de tus arterias”. Es tan ilógico como eso.

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Te deseo las más grandes bendiciones.

Guillermo Mendoza Vélez

www.SaludMentalyEmocional.com